Desgraciadamente, todos hemos vivido o vamos a vivir momentos en nuestra vida en la que la gente que nos rodea piensa que, sin conocernos lo suficiente, puede opinar sobre como manejamos y planteamos nuestra vida.
Seguramente vosotros también habréis tenido a los típicos compañeros de clase que te decían lo que deberías hacer para ser una persona normal.
Pero, ellos no se daban cuenta de que hay comentarios que hacen daño o incomodan al receptor de estos.
Un ejemplo (no tiene porque ser verdadero) es el chico "guay" de la clase que va al "empollón" y le dice:
<<Deja de estudiar tanto, de todas formas no vas a triunfar en la vida porque no eres nadie>>
Pero lo que el chico no sabe, es que la familia de ese "empollón" se sacrifica para que pueda estudiar o que el muchacho tenga demasiada poca autoestima en si mismo o que tenga depresión.
¿Quién eres tú para juzgar a la gente y decirle lo que tiene que hacer?
No creo que a nadie le guste que le digan sus defectos día sí y otro también.
Hay que tener cuidado con lo que se dice, pero sobre todo no te metas en asuntos de desconocidos
Toda la razón del mundo. Cuánto daño pueden hacer unas "inocentes palabras", una "simple broma" o un "insulto infantil" en determinadas situaciones y personas.
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