lunes, 19 de septiembre de 2011

Y...

Y yo grito para desahogarme de aquello que tanto me oprime, de esa ira que me ciega, pero en unos momentos que ni si quiera gritando eres capaz de liberarte.
Aquello que nos presiona nos sigue hasta un punto sin retorno, hace que nos sontamos debiles de alguna forma.



Pero... no dejes que eso te desespere, levantate cada vez que caigas y mira a los ojos al miedo y a la ira y hazles frente.
Tú, eres más fuerte que eso como para dejarte vencer.
Crece y sé feliz. Y grita cuando tengas la necesidad de liberarte antes de que todo te consuma.

GRITANDO LIBERO MI ALMA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario